Nuestros pilares
Enseñanza basada en el desarrollo del niño La pedagogía Waldorf
se centra en el desarrollo natural del niño, respetando sus ritmos y etapas de crecimiento. Se busca que el aprendizaje esté alineado con la edad y las capacidades cognitivas y emocionales del niño en cada fase de su desarrollo (énfasis en los septenios).
Se cultiva respeto profundo por cada individuo, respetando sus ritmos de desarrollo, sus intereses y sus necesidades
Se cultiva respeto profundo por cada individuo, respetando sus ritmos de desarrollo, sus intereses y sus necesidades
Uso de ritmos y rituales
Los ritmos diarios, semanales, mensuales y anuales, junto con los rituales, juegan un papel importante en la pedagogía Waldorf. El sentido del ritmo que involucra actividades de contracción y expansión y la previsibilidad de las actividades proporcionan seguridad y confianza en el niño o niña
Los rituales por su parte son una forma de dar valor a las actividades que realizamos promoviendo en los niños un sentimiento de respeto y aprecio por todas los elementos que les rodea como las personas, los momentos de compartir, los alimentos y el conocimiento.
Los rituales por su parte son una forma de dar valor a las actividades que realizamos promoviendo en los niños un sentimiento de respeto y aprecio por todas los elementos que les rodea como las personas, los momentos de compartir, los alimentos y el conocimiento.
Conexión con la naturaleza
Se considera que la experiencia directa con la naturaleza es crucial para el desarrollo del niño, ya que fomenta la observación, la reflexión y una comprensión profunda de los ciclos de la vida. Esto se refleja en actividades al aire libre, el cuidado de las plantas, la huerta, observación de los cambios naturales en el transcurso del año.
Al integrar la naturaleza los niños no solo aprenden sobre el mundo natural, sino que también desarrollan una relación respetuosa y consciente con el medio ambiente, lo cual es esencial para su formación como individuos responsables en la sociedad.
Desde los primeros años, los niños son animados a explorar, observar y cuidar el mundo natural, cultivando en ellos un sentido de asombro y respeto por el entorno.
Al integrar la naturaleza los niños no solo aprenden sobre el mundo natural, sino que también desarrollan una relación respetuosa y consciente con el medio ambiente, lo cual es esencial para su formación como individuos responsables en la sociedad.
Desde los primeros años, los niños son animados a explorar, observar y cuidar el mundo natural, cultivando en ellos un sentido de asombro y respeto por el entorno.
Un espacio de cuidado saludable, acogedor, respetuoso del momento evolutivo de los niños, niñas, donde todos los integrantes de la comunidad nos podamos reconocer como seres humano/espirituales, estrechar nuestros vínculos y sembrar semillas de transformación social para un futuro de cuidado por la vida
Ritmo y la repetición como herramienta de aprendizaje
El ritmo y la repetición son principios clave en la pedagogía Waldorf. Los niños y niñas aprenden mejor cuando las actividades se repiten de forma rítmica, lo que les da seguridad, previsibilidad y profundiza su comprensión de los conceptos. El uso de cantos, historias y rituales diarios son ejemplos de cómo se incorporan estos elementos en el aula.
La repetición de ritmos y actividades no solo facilita el aprendizaje, sino que también permite que los niños desarrollen un sentido del orden y la estructura que los ayuda a manejar su entorno con seguridad y confianza.
La vida diaria en las escuelas Waldorf se organiza en torno a un ritmo claro, que ayuda a los niños a sentirse seguros y estables. La jornada escolar se organiza de manera armónica, alternando momentos de expansión y concentración, como un ciclo natural.
Las actividades se repiten de manera regular, lo que les permite a los niños experimentar un entorno predecible que apoya su sentido de seguridad emocional. Este ritmo también se refleja en la estructura del día y en los cambios que se generan en la naturaleza durante el año.
La repetición de ritmos y actividades no solo facilita el aprendizaje, sino que también permite que los niños desarrollen un sentido del orden y la estructura que los ayuda a manejar su entorno con seguridad y confianza.
La vida diaria en las escuelas Waldorf se organiza en torno a un ritmo claro, que ayuda a los niños a sentirse seguros y estables. La jornada escolar se organiza de manera armónica, alternando momentos de expansión y concentración, como un ciclo natural.
Las actividades se repiten de manera regular, lo que les permite a los niños experimentar un entorno predecible que apoya su sentido de seguridad emocional. Este ritmo también se refleja en la estructura del día y en los cambios que se generan en la naturaleza durante el año.
Actividades con sentido
Las actividades que se realizan con los niños están diseñadas para ser significativas y coherentes, promoviendo habilidades esenciales como la voluntad, la paciencia y la autonomía. A través de una variedad de tareas —artísticas, manuales y prácticas— los niños no sólo desarrollan habilidades motrices, sino que también adquieren valores fundamentales.
Principios rectores de los septenios
El desarrollo del ser humano tiene etapas en las cuales se desarrollan sus sentidos sus capacidades y también las situaciones trascendentes de la vida.